“Al grito de guerra los hombres se matan…”

Publicado por Sergio M. Coria en

La sobrecogedora canción con que Gardel rindió homenaje a su patria natal y a las madres de la guerra, cobra hoy una inusitada vigencia ante el conflicto Ruso – Ucraniano

El título de la nota de hoy, es uno de los versos de “Silencio”, el tango con que Carlos Gardel retrató dramáticamente los horrores de la Primera Guerra Mundial.

Aunque no contamos con los elementos de constatación, bien podemos especular que esa sobrecogedora canción haya sido el homenaje que el «Morocho del Abasto», realizara a su Francia natal, a su gente y de modo especial a las madres que perdieron a sus hijos en la «Guerra del 14».

La obra fue grabada 13 años después de finalizada la confrontación, y las anécdotas que existen sobre su origen dan cuenta de un magnicidio que hizo conocer al “Zorzal Criollo” la triste historia de Blanche Richel Doumer, la madre que sirvió de inspiración.


Según cuentan distintas fuentes, Gardel había llegado a Francia en 1932 ya que entre setiembre y octubre tenía planeado filmar una serie de películas para los estudios Paramount.

Poul Doumer

Meses antes, el 7 de mayo, el presidente de la República había fallecido como consecuencia de las heridas recibidas en un atentado el día anterior. Las crónicas periodísticas de ese entonces, dan cuenta que mientras el mandatario participaba en una exposición de escritores veteranos, recibió tres disparos por parte del militante antibolchevique, Paul Gorgulov, un ruso combatiente en la Primera Guerra y miembro del Ejercito Blanco que resistió a la Revolución Soviética y apoyada militarmente por el Ejercito Rojo.


El magnicida Gorgulov declaró que el atentado fue en venganza a Francia por la inacción ante el avance bolchevique.

Seguramente cuando Gardel llegó a París se encontró con una sociedad todavía convulsionada por el hecho. Es de imaginar que en las tradicionales mesas de los cafés parisinos, ubicadas en las verdes, se mantuvieran conversiones respecto al crimen, al criminal, a su juicio, a su ejecución en la guillotina, y la desgracia que ese acontecimiento renovaba sobre la familia del asesinado presidente Poul Doumer. Sucede que el mandatario había constituido una numerosa familia con Marie Célinie Blanche Richel. De los ocho hijos que tuvieron, cuatro de los varones fueron “mort pour la France” (muerto por la Francia) durante la sangrienta guerra de 14.

Cuentan los cronistas del tango que conocida la historia de esa familia, Gardel convocó a Alfredo Le Pera y le encomendó poner en versos las desdichas de la familia Doumer, pero dándole un giro social a lo que sería una cruda denuncia contra la guerra y sus consecuencias. De igual modo el guitarrista Horacio Pettorossi, transcribió en el pentagrama las notas que surgían de la melodía que silbaba «El Zorzal».


De hecho la “viejecita de canas muy blancas” es una de las licencias poéticas que remiten, quizá, a la figura de la madre propia de los compositores, puesto que Marie Blanche Doumer tenía más bien cabellos negros. De igual modo los “cinco hijos que al taller marchaban” que es una alegoría que confronta el trabajo con la guerra, eran en realidad cuatro, tres de los cuales tenían grado militar y el restante era un médico afectado a los hospitales de campaña del frente de combate.
En ese aspecto se ha especulado que la referencia los “cinco” pudo deberse a que el autor tenía en cuenta las tumbas de los varones de la familia incluyendo al padre que también cayó sirviendo al país. No obstante se abre otra línea de interpretación sobre ese número.
Según la historia el teniente André Karl Doumer, fue muerto el 24 de septiembre de 1914, el capitán René León Doumer, murió en combate aéreo el 26 de abril de 1917, el capitán Marcel Víctor Doumer, cayó en un combate aéreo el 28 de junio de 1918, el mayor ayudante de médico Armand Alfred Doumer expiró el 5 de agosto de 1922 como consecuencia de las inhalaciones de los gases utilizados por Alemania durante las batallas.

Poul Doumer con sus cinco hijos varones


La quinta tumba de los hermanos Doumer a que refiere la canción, tal vez sea la de Lucile Jane Doumer quien, murió en 1918. Algunas fuentes señalan que la causa del deceso sobrevino a raíz de la pena ante la trágica perdidas de sus hermanos André y René.

Cualquiera haya sido la significación de la imagen de esa madre sobre las cunas, primero, y las tumbas después, es la imagen que toda Francia tenía de la Sra. Doumer, quien falleció el 4 de abril de 1933, dos meses después de la primera grabación de “Silencio”, sin si quiera sospechar que era la inspiradora de esa madre que le entregó su hijos a la patria.

Marie Célinie Blanche Richel

El obituario de la Sra. Doumer aparecido en Le Figaro al día siguiente de su muerte dice «toda Francia se inclina con respeto ante una gran francesa, una madre admirable, cuyos servicios prestados a la patria se cuentan por tantos lutos».
A su funeral asistieron el gobierno de Francia en pleno y personalidades políticas y de la vida social. Por su parte el diario Le Petit Journal daba la infausta noticia con una semblanza de esa “mujer que quedará en el corazón de los franceses por su perseverancia estoica ante la muerte, de su heroicos hijos durante la guerra, y de su marido el pasado año”
En la segunda parte el poema refiere a la Europa que supera las miserias que diseminó los combates y mediante la figura del “himno a la vida” que “los arados cantan” destaca al trabajo como el gran organizador social.
Carlos Gardel jamás llegaría a imaginar que a menos de cien años, esa canción suya, homenaje a las madres, y héroes de su Francia natal, no serviría como un aporte al aprendizaje civilizador y por el contrario cobraría una triste vigencia ante la invasión militar de Rusia a Ucrania.
Aquellos versos de entonces, hablan hoy de esta nuevas madres que entregan hijos a las fauces de los monstruos del dios Marte. Aquellos viejos versos reflotan las certezas de lo inútil de la violencia. Aquellos versos hoy podría rezar…

«Silencio en la noche
ya todo esta en calma
el músculo duerme
la ambición trabaja

Un clarín se oye
peligra la patria
y al grito de guerra
los hombres se matan
cubriendo de sangre
los pueblos de Ucrania»